martes, 17 de febrero de 2009

Manu Chao - Clandestino (1998)

-llegó el cocodrilo y super chango y toda la vaina de maracaibo-

Partimos de un principio básico. La música de Manu Chao es compleja y dicha música tiene que provenir de un ser complejo, ya que siendo europeo, logra capturar toda la energía latina (incluso más que algunos latinos). Es el poeta de nuestra época y al mismo tiempo portavoz de una causa que va más allá de la música. Un sujeto que vive, siente y sabe lo que hace. Un ejemplar en extinción que me hace pensar que pocos quedan como él.

Cuando Mano Negra llegó a su fin, Manu Chao arrancó al poco tiempo su proyecto como solista. Nada lo detuvo para crear un disco debut increíble. Una síntesis de reggae, rumba y otros ritmos latinos. Se apoya en su cualidad políglota para darle al álbum una fluidez increíble. El proceso de producción es impecable. Se siente como si todo el material fuera una sola gran canción, es por eso que la experiencia de escuchar a Manu Chao se enriquece cuando escuchamos un disco en su totalidad y no cuando se toman los temas por separado (lo cual tampoco es malo). Clandestino sigue la tradición de música con contenido social y contiene temas ya clásicos como Desaparecido, Clandestino, Bongo Bong y Welcome to Tijuana. Una fórmula que maneja (y que le funciona muy bien) es la de presentar temas reciclados, es decir, un mismo ritmo puede aparecer en varios temas, pero con variaciones significativas. Esta herramienta la utilizará a lo largo de su carrera y se verá acentuada en sus futuros discos.
Finalizando. Un discazo que nos recuerda que la verdadera música alternativa sigue presente. Hablamos de una producción redonda y hace de Manu Chao una experiencia a escuchar antes de morir. Nada más que decir.

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