martes, 25 de agosto de 2009

De los tardíos noventa y sus obras maestras II

Björk - Homogenic (1997)
-i'm no fucking buddhist, but this is enlightenment-

Son pocos los artistas que tienen el orgullo de ser su propia escuela musical. A lo largo de los años, Björk ha logrado permanecer fiel a sus ideas: ser ella misma, y es que a pesar de sufrir múltiples y constantes transformaciones, la identidad de Björk radica precisamente en eso, en una búsqueda del perfeccionismo, la originalidad y sobretodo la reinvención. De esta manera, es posible no tener ni idea de a qué suena Björk. Aunque por el lado contrario, resulta más fácil de lo que parece reconocer una obra suya. Así, podemos afirmar que algo es "björkiano" sin saber exactamente que conforma lo "björkiano".
A pesar de ser un disco complicado, Homogenic forma parte del material más accesible que Björk haya grabado. La fastuosidad de su producción es evidente: repetidas orquestras, gruesas capas de música electrónica y estructuras enredadas. Si bien, esas características ya habían estado presentes en Post, están más acentuadas ahora. Eso no es todo, las canciones de esta entrega tienden a ser más envolventes y reflexivas. Aunque la orquestra juega un papel decisivo en pistas épicas como Bachelorette y Jóga, es la electrónica quien se encarga de darle un cuerpo, una forma, una identidad al álbum. El resultado es ser uno de los discos emblema de la década, y además, uno de los más influyentes del siglo XXI.

No hay comentarios:

Publicar un comentario