jueves, 4 de junio de 2009

De los gigantes argentos y sus sutiles poemas II

Sui Generis - Vida (1973)
-¿dónde está el sol? ¿dónde está dios?-

Cuenta la leyenda: Charly García y Carlos "Nito" Mestre formaron una banda junto con otros compañeros de la escuela. Todos ellos apenas superaban los veinte años. Ya teniendo varias canciones dominadas, decidieron hacer una modesta tocada en vivo. El día del evento, sólo se presentaron aquéllos dos y aun así, decidieron subir al escenario. García se encargó de la guitarra y Mestre hacía lo suyo con la flauta. Ambos cantaban. Al finalizar su acto, la respuesta del público fue bastante positiva, incluso para ellos mismos, pues no esperaban algo así después de haber visto a su grupo diezmado. Con esto en mente, Sui Generis decidió continuar su prometedora carrera como dúo y de paso, ser una de las bandas más grandes de toda la historia argentina.
Vida, primera de tres entregas del grupo, es un esfuerzo por concentrar algunos intereses de los chavos de veinte años (mujeres, amigos, identidad), a veces, con letras psicodélicas, aunque es el folk el género que mejor define al disco, con algunas interrupciones de progresivo y blues por ahí. Es posible escuchar un sonido a la Dylan (en su primera etapa).
Muchas de estas canciones son aún coreadas en Sudamérica y forman parte del acervo musical de la gente. Aunque, me quedo con que es un disco algo desproporcionado. A algunas canciones les hace falta más cuerpo, sensibilidad y son un tanto ingenuas (Necesito, Mariel y el Capitán). No obstante, son los himnos como Dime quién me lo robó (una de las mejores canciones que he oído en todo el rock latino) o Amigo vuelve a casa pronto y sobretodo Canción para mi muerte lo más recordado del álbum.
Una producción muy, muy baja, inclusive los instrumentos llegan a oírse desafinados de vez en cuando. Aunque si bien, esto es interesante, no es tan relevante, ya que Vida sigue estando entre los mejores discos nacionales. Por cierto, todas las canciones son escritas por Charly García, quién además de tocar la guitarra se encargó del característico piano.

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